La educación suele aparecer en medios cuando es una mala noticia. Quienes habitamos en estos parajes estamos más o menos acostumbrados, aunque no dejemos de indignarnos o explotemos cuando sucede.

Ahora el tema es, como sabrán los escuchas, la falta de pago a los maestros de la Sección 39 y la suspensión de recursos a instituciones como la Universidad de Colima, debido al fracaso financiero del gobierno estatal. Decir que la situación es delicada, sobra.

Se precisa de inmediato la solución del problema, es decir, el pago al magisterio y a la burocracia, así como la reanudación de los compromisos económicos. Pero también la explicación convincente de las razones del quebranto y, si cabe, fincar responsabilidades a quien corresponda.

Faltan varios meses para que el nuevo gobierno asuma la conducción de Colima y negocie soluciones más allá de un adeudo quincenal; y es poco tiempo para que la Universidad tenga alguna certidumbre de que se repararán los adeudos pendientes, como reconoció este martes el rector en un mensaje a la comunidad universitaria y a la sociedad.

En suma: el panorama para el magisterio local y para instituciones como la Universidad de Colima parece sombrío por el fracaso de las finanzas estatales.

El coctel que se está formando es peligroso para el sistema educativo; señalo cuatro ingredientes: maestros sin pago e inconformes por sus condiciones laborales; escuelas sin recursos frente a la pandemia y las necesidades que impone; obligación de universalizar la enseñanza media superior para 2022 y el anuncio reciente de la aprobación de la educación superior gratuita en la entidad.

Ninguna de estas medidas o problemas puede resolverse sin dinero. Los maestros deben cobrar; la escuelas estar listas para cuando puedan regresar niños y maestros, y extenderse los alcances del derecho a la educación para todos los niños y jóvenes. Nada se puede hacer con pura buena voluntad.

Es el presente y el futuro de Colima, de sus ciudadanos, lo que se está jugando en estos días. Hoy no caben la apatía ni la resignación.