Mañana de lectura. Coloquio íntimo con ideas propias y prestadas. Leo al profesor Augusto Pérez Lindo, argentino, y me detengo para repetir las palabras que cita de Moacir Gadotti. El texto interpela mi situación personal, se conecta con los días que vivimos, electorales y urgidos de cambios estructurales, sociales y pedagógicos:

En la medida en que hoy en día nuestra sociedad está en crisis, se interroga y hesita, la educación se torna, por su parte, un lugar puesto en cuestión, un lugar de tensión y de debate. En ese sentido, ella se constituye en un espacio político-pedagógico y de libertad, en el que los hombres preocupados por situarse pueden por lo tanto, luchar por una existencia más auténtica y por una sociedad más justa.

Me gusta la provocación de las ideas del profesor brasileño; es una postura epistemológica y pedagógica, por tanto, política, que podría usar para el curso que preparo e impartiré en tres semanas.

Es una defensa de la visión más progresista de la pedagogía y del oficio de educar, de quienes ejercen la profesión en la realidad y no desde las atalayas universitarias o académicas, alejados del mundo real e instalados en el cielo de las certificaciones, los estímulos y la obsesión por escribir papers.