Recibo con bastante escepticismo los números grandilocuentes de los informes gubernamentales. A veces los cuestiono, a veces me río de las mentiras que se dicen (y muchos, muchísimos aplauden).
Con Ludwig Wittgenstein, en su Tractatus logico-philosophicus, aprendí que todo lo que puede ser dicho, puede decirse claramente, y de lo que no se sabe, mejor no hablar. Sencilla pero enorme
Lluís Pastor, académico de la Universitat Oberta de Catalunya, escribió: “El método del periodista consiste en contrastar hechos y consolidar verdades para ofrecer al público una información
Mientras el gobernador ya anuncia los “Logros y resultados” de su sexto informe (por suerte, último), cada día de los más recientes amanecimos con uno o dos ejecutados. Para colmo, hoy leo en
En el Congreso del país más poderoso del mundo hoy escuchamos un discurso memorable. Y la expresión ya es tópica desde antes del acto. Podrá haber mejores discursos, más elocuentes oradores,