Nadie es tan poderoso para sentarse impávido a mirar cómo transcurre la eternidad. Nadie. Aunque los acólitos y jilgueros de la prensa no se cansen de repetirle, un día sí, otro también, que
Hay hechos, momentos, personas que ofenden e indignan, que incitan a pensar si somos un país que culturalmente no quiere crecer o si en nuestros genes algo lo impide. Solo aquí puede pasar que un
Juan, un antiguo y viejo colega cuyo nombre es ficticio, me contó el secreto de su lozanía. Mientras esperábamos la reanudación de las actividades en el congreso nacional de investigación
Nadie es tan poderoso para sentarse impávido a mirar cómo transcurre la eternidad. Nadie. Aunque los acólitos y jilgueros de la prensa no se cansen de repetirle, un día sí, otro también, que
El 25 de noviembre se conmemoró (reclamó, reivindicó) la lucha contra la violencia que sufren mujeres y niñas. Nadie cuerdo y responsable puede estar en contra de una batalla así, pero me da por