Hoy se publicó la colaboración 25 de la columna que dirijo en la Facultad de Pedagogía (Universidad de Colima) y en la que participan cada semana estudiantes y profesorado del plantel. El número es arbitrario, pero su sentido me alegra y motiva, pues cuando concebimos la idea y empezamos a planearla, sin tener una meta súper ambiciosa, la directora (Carmen Silvia Peña Vargas) y yo, suponíamos que habría buena respuesta. Sin habérselo consultado, estoy seguro de que los resultados han sido extraordinarios y entusiasman, por lo menos es mi sensación.
Me alegra mucho haber logrado la aceptación y apoyo irrestricto de la Dirección de “El Comentario”, el ánimo positivo de maestros y maestras, pero, sobre todo, que las estudiantes estén siendo protagonistas de la aventura. Para alguna, alguno de ellos, por lo menos, espero que resulte un punto y aparte (o punto y seguido) en su carrera y el compromiso pedagógico, que trasciende las aulas y las fronteras escolares.
Escribo este apunte cuando se acerca el fin de la primera “temporada” de la columna, pues nos iremos a vacaciones, y empezamos a armar el programa del semestre siguiente. El entusiasmo es creciente, y aunque me suma (como a la directora) horas de trabajo en sábados o domingos (pues aparece los lunes), nunca he dudado de la semilla que germina semana a semana.
