El 12 de octubre volvà a las aulas para continuar el curso Gestión y Administración de la Educación Superior con los estudiantes de séptimo C en la licenciatura en PedagogÃa de la Universidad de Colima. La experiencia mezcló recuerdos de la primera vez, pero también emociones por el futuro de la docencia en los tiempos nuevos e inciertos.
Invité a los estudiantes a escribir algunas ideas sobre el significado que tenÃa para ellos el retorno. Aquà comparto la primera parte de sus respuestas.
El maestro nos propuso mencionar con una sola palabra lo que para nosotros significaba regresar a clases. Se escucharon palabras como: preocupación, estrés, orgullo, entre otras. La mÃa fue felicidad, aunque primero pensé decir nostalgia, y es que estas dos palabras resumen mi sentir. Me genera felicidad ver a los compañeros de clase. Por un tiempo pensé que tal vez ya no los volverÃa a ver, me da felicidad saber que están bien y que ninguno fue vÃctima del mortal virus. Por otro lado, me produce nostalgia porque estoy a punto de culminar una etapa en la cual vivà de todo: risas, enojos, estrés, preocupación, pero también obtuve un aprendizaje muy significativo para mi vida. Me llena de nostalgia saber que son los últimos meses como estudiante en esa escuela. Por eso pretendo aprovechar al máximo cada una de las clases y momentos que pase en la facultad con mis compañeros y profesores, con la debida distancia, claro. [Anguiano Gallardo Genesis Carolina].
Cuando pienso en el regreso a clases viene a mi mente la palabra RENOVACIÓN. Para mà es regresar a las aulas, pero de manera diferente, con nuevas reglas, menos compañeros, nuevos miedos y retos, nuevas expectativas, una nueva normalidad. [Amezcua Romero Jatziry Magaly].
Volver a la universidad fue como un nuevo comienzo, donde no se sabe que esperar, pues se experimentan distintas emociones. Asà como tenÃa muchos nervios de volver, sentÃa alegrÃa de volver a ver a mis compañeros y maestros, pero la sensación de miedo e incertidumbre no desaparecÃa, miedo al contagio, miedo a lo nuevo. Si tuviera que describir en una palabra lo que pienso o siento con respecto al regreso a clases, serÃa ESPERANZA, esperanza de que mejorará la situación, esperanza de continuar con la educación presencial, esperanza de seguir adelante. [GarcÃa Castellón Alondra].
La escuela siempre se ha considerado como nuestra segunda casa, es por eso que después de más de un año sin asistir de manera presencial, extrañamos las pláticas y risas con nuestros compañeros(as) y profesores, además de la manera única y extraordinaria de enseñar de cada profesor, escuchar sus aprendizajes y anécdotas e, incluso, una llamada de atención. Personalmente sigo en la modalidad virtual, pero hace una semana que asistà a prácticas sentà una emoción agradable, pues me di cuenta que volver, aunque sea en grupos pequeños, es una gran ventaja para regresar algún dÃa a la normalidad; sentà aquella emoción de la primera vez en la escuela. Sé que si me llego a integrar de manera presencial me dará gusto ver a mis compañeros, maestros y escuchar sus opiniones, debatir ideas y lograr un aprendizaje amplio, a lo mejor con algo de miedo pues esta pandemia no ha terminado, pero debemos de respetar las medidas de salud para tener pronto un regreso pleno y seguro. [Gutiérrez Flores Blanca Alejandra].
Saber que regresarÃamos a la universidad de forma presencial me entusiasmó. La idea de saber que volverÃa a ver a mis compañeros y maestros fue uno de los aspectos que me motivo a volver. El primer dÃa de clases tuve sentimientos encontrados, del miedo a la alegrÃa, pero conforme transcurrÃa la jornada entre risas, charlas, aportes de mis compañeras, entre otras cosas, la clase se me pasó muy rápido, creo que era ese toque que me faltaba para darle más empeño a la escuela. El volver me hizo recordar lo bien que se siente estar en un aula acompañada de personas que hacen que la clase se vuelva enriquecedora. [MartÃnez de la Mora Nallely Marisol].
Pienso que los nervios no están de más al momento de volver a clases presenciales, pues uno no está un 100% preparado para lo que vendrá estando ahà presente, como retroalimentación de lo ya visto, no saber si tener esa seguridad de lo que se vio aún esté memorizado o no y, cuando pregunte el maestro, no saber si responderemos bien o no, pues en lÃnea la manera de aprender es bastante distinta que presencial; se quedan menos cosas grabadas en la mente cuando la teorÃa no se practica, aunque sea escribiéndolo en un cuaderno. También nervios de salir de casa y tomar el autobus, de recordar cuál tomar y al llegar a la escuela no saber cómo se está manejando la entrada con certeza, o si el profesor ha pedido con anticipación algún material y por los nervios olvidarlo. [Guillén Huerta Carmen Jareth].
Regresar a la universidad cuando ésta se encuentra lejos del lugar de origen, representa una readaptación ante aquello a lo que me he deshabituado; implica encontrarme ante una realidad en la que sà bien hay más autonomÃa, también hay más soledad, ansiedad e incertidumbre, no sólo por el hecho de estar por mi propia cuenta por aquÃ, si no por la sugestión nocturna que surge de no dormir apropiadamente o ante las malas noticias que congestionan los medios masivos de comunicación. [Manzo Montelongo Daniela].
Hemos vuelto a las aulas. Me llegan un sinfÃn de sentimientos encontrados, pues tenemos que verlo con datos reales. Somos parte de las pocas generaciones que se alejaron y pudieron volver a las aulas, aquellas que no siguieron un plan especÃfico en su formación y adaptaron con los recursos que se tenÃan y se podÃan a un modelo hÃbrido de aprendizaje.
Nos tocará decir que vivimos la pandemia siendo estudiantes y sÃ, que lamentablemente el grupo no volvió a ser el mismo, porque ahora ni siquiera estamos completos. Por distintas condiciones algunos tuvieron que pausar sus estudios, otros seguimos en el camino de la formación profesional y, aun asÃ, no estamos completos.
Es importante mencionar los datos estadÃsticos que arrojó el INEGI en la encuesta para la medición del impacto de la COVID-19 en la educación (ECOVID-ED 2020), donde informa que por motivos asociados a la pandemia, falta de dinero o recursos no se inscribieron 5.2 millones de personas (9.6% del total 3 a 29 años) al ciclo escolar 2020-2021. Entonces, hoy tenemos que preguntarnos ¿a quién y qué tanto pega la pandemia?
No son sólo números y estadÃstica, representa a aquellas familias que no tendrán mejores condiciones económicas por no existir un profesional en casa, simboliza falta de oportunidades para el joven que ya no está. No estamos completos.
Que el retorno a clases sea por aquellos amigos y familiares que se nos han ido, por los compañeros que se dieron de baja, por una profesión que simboliza la mayor nobleza y responsabilidad: ser educadores. [Brizuela Padilla Jesus Omar].