Soy reacio a los libros de superación personal (incluyendo novelas de autores famosísimos). Pero no opino mal de quienes los leen. Por respetables razones lo harán y algo positivo obtendrán.
En cambio, soy más o menos asiduo a otros que convocan a la reflexión sobre la condición humana. Adviértase: no intento comprender a la especie homo sapiens o su incierto futuro, menos tengo deseos redentores, por nadie o nada, aunque mi vocación educadora obliga a cierto optimismo.
Así llegué a la lectura de Fluir. Una psicología de la felicidad, de Mihaly Csikszentmihalyi. Esta mañana, mientras escucho a lo lejos una máquina de podar pasto, encuentro muchas ideas que obligan a la reflexión. Y desearía seguir leyendo si no me esperaran varios compromisos laborales. Comparto tres de esos pensamientos inquisitivos:
¿Cuántas personas que usted conoce disfrutan con lo que están haciendo, cuántas están lo suficientemente satisfechas con lo que les ha tocado en suerte, cuántas no se lamentan del pasado y miran hacia el futuro con confianza?
Las raíces del descontento son internas…
Mientras que la humanidad ha incrementado colectivamente sus poderes materiales cientos de veces, no ha avanzado mucho en términos de mejorar el contenido de su experiencia.
Detengo la lectura unos minutos en cada párrafo para rumiar ideas, para responder a la pregunta.
Espero que quien me lea, haga lo propio. Y para no interrumpirlos, callo.
1J Aylin A. Hernández Reyes
1. Although I personally do not like the readings on personal improvement, respect for the people that if they like them.
2. I admit that many times there is a need of an external stimulus to reflect on these issues.
3. I believe that each person should take a little time to think about what they do, their work and dreams.
4. So I hope to be able to take a time to think about what I am doing and where it is going my future