Mujeres es un libro hecho con trocitos de otros libros. Una colección de pequeñas historias, destellos, atisbos de mujeres extraordinarias; unas, que trascendieron a su tiempo, otras, que fueron rescatadas por autores anónimos o no tanto, y que fueron reunidas para dar forma al libro que se publicara poco tiempo después del fallecimiento de su autor, Eduardo Galeano.

La obra llegó a mis manos hace un par de meses, pero estuve esperando un momento propicio para comenzar. No lo había encontrado. Me dolía la sola idea de coger un libro del escritor uruguayo y recordarme cada vuelta de hoja que ya había partido, dejándonos en la orfandad, sin sus palabras, su lucidez e indeclinable compromiso.

Voy paso a paso, peregrinando por sus narraciones, con la doble paradójica emoción, de descubrir al personaje femenino y de sentir que las más de trescientas páginas se agotarán rápidamente.

Desde el título es un homenaje a las mujeres. ¿Y cómo homenajear a Eduardo, reacio a esos boatos y, sin embargo, tan merecedor de admiración y tan entrañablemente presente en las ideas e inspiraciones de muchos de nosotros?