La historia podría parecer imposible. No me atrevería a asegurar que es pura locura. Tal vez no, tal vez sí.
Francia en el futuro muy próximo es gobernada por el islamista y encantador Mohammed Ben Abbes. Atrapado en el canto de las sirenas de las petromonarquías, el país de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano es ahora convertido, con todas sus instituciones, al islam. Lejos quedaron aquellas palabras que simbolizaron la Revolución: libertad, igualdad, fraternidad.
Su universidad insignia, La Sorbonne, debe sujetarse a las costumbres y cultura islámicas. Para ser profesor universitario hay que tener un poco de prestigio (no mucho), admitir varias esposas y declarar que “Alá es el único Dios y Mahoma su profeta”. Los salarios jugosos combatirán cualquier atisbo de remordimientos. El rector es como un descendiente del profeta en la tierra.
La novela (política ficción, dicen) se llama Sumisión y, según cuenta la página de Editorial Anagrama, llegó a las librerías el mismo día de los ataques a Charlie Hebdo. Michel Houellebecq es el autor. No lo conocía. Ahora sé que se llama realmente Michel Thomas, francés de una isla de ultramar, y tiene 59 años.
Mientras esperaba un avión leí distraído una nota sobre el libro hace algunos días. Luego de la reseña lo busqué y solo pude encontrarlo en formato digital. El fin de semana, doblegado por cansancio, enfermo, pude terminarlo y solo eso me salvó del aburrimiento y la maldición por los accesos de tos.
Sí, es altamente recomendable para quienes gustan de las metáforas, sueñan imposibles o se burlan de la realidad, por lo menos en una novela.
arthur edwards
Any similarities to the present are purely coincidental.