El fútbol no goza de buena reputación en el mundo intelectual. Por lo menos en una parte de ese planeta. A quien se atreve, confesar afición puede acarrearle oleadas de indignación y el desprecio
Llegué tarde al Elche-Barça. Los esporádicos tuits sobre el partido auguraban desenlace apretado. El gol de Piqué hacia el final del primer tiempo colocaban un marcador injusto; es fútbol. Con
Nunca fue más cierta la afirmación del centro delantero inglés que rescató el honor de su país en el Mundial de México 86: el futbol es un juego donde 22 hombres corren durante 90 minutos