Como el mar arroja a la playa la basura después de un tiempo, así van emergiendo del océano los recuerdos de años pasados. No logro identificar ni adivinar qué mareas los traen a la superficie,
Entre los mejores recuerdos infantiles, que no son abundantes (por falta de memoria, no por infelicidad), tengo los juegos y paseos por las calles del pueblo. En estos días los reviví mientras
Le apodábamos “el zurdo”. Su nombre: Raúl Hernández. Fue nuestro compañero durante la secundaria en su paso fugaz por la escuela. La época: finales de los años setenta. El lugar: Quesería.