Como casi todo en tiempos de pandemia, el periodo entre ciclos escolares será diferente. Habrá que descansar, por supuesto. Entre las maestras y profesores habrá que olvidarse por unas semanas de los programas, materias, libros, tareas o asesorías; pero también, mucho más, de las exigencias burocráticas a veces incomprensibles, de las prisas, del valor desmesurado que siempre se le concede a las formas y tiempos, de los consejos técnicos y reuniones, del whatsapp laboral. Todo eso es bienvenido.
Es momento de parar la máquina, pero no de descuidarse, no en la salud física ni emocional, pues la docencia es una profesión de alta exigencia. Quien lo dude, cuando sea posible, métase a un salón de clases durante cuatro o cinco horas para lograr que uno o varios grupos repletos de niños o jóvenes trabajen con la disciplina requerida. Durante el periodo de “Aprender en casa”, muchas mamás y papás se dieron cuenta.
Descansar es la primera actividad, la más próxima, pero luego la vuelta al trabajo colegiado y preparatorio será distinta. La primera gran exigencia, para que ese trabajo tenga sentido, no es empezar a llenar formatos o cumplir prescripciones; si empezamos así, parto complicado nos aguarda.
La exigencia principal es la evaluación de las actividades que realizamos para la continuación de los ciclos escolares: ¿qué sucedió?, ¿qué aprendimos?, ¿qué aprendieron los estudiantes en casa?, ¿qué funcionó en las estrategias?, ¿qué debemos afinar, modificar, eliminar?
Las decisiones oficiales se moverán todavía, pero es difícil suponer que el siguiente ciclo escolar será como todos, que llegaremos al primer día como si todo hubiera sido una pesadilla larga. Casi nada induce a esa ilusión: el retorno será gradual, con periodos de estudio en casa.
El periodo intersemestral entraña obligación y posibilidad. La primera exige evaluaciones serias, sin autocomplacencias; la segunda desafía nuestra capacidad de proyecto, nuestra imaginación, la de las autoridades (federales y estatales), sobre todo, en el ámbito donde ocurren los cambios: en las escuelas. Ahí serán los colectivos de maestras y profesores donde daremos un paso adelante o estancaremos nuestra profesión y las posibilidades de los estudiantes.