En el origen fue un taller de escritura. Le propuse a Rubén Carrillo Ruiz que me apoyara dirigiendo un espacio activo de aprendizaje con las cinco estudiantes que realizaban su Servicio Social Constitucional conmigo. Aceptó y comenzamos de inmediato con una o dos sesiones por semana. Fueron menos de las deseables, pero suficientes para que se escribieran diez artículos que “El Comentario” hospedó con generosidad durante varias semanas.
El entusiasmo de Rubén, sumado al mío y a la disposición de Vanessa, Miki, Yatziri, Valeria e Ingrid, nos alentaron a idear posibles nuevos capítulos. Y llegaron pronto. De nuevo, la Dirección de El Comentario aceptó albergar una columna semanal. Después de varios nombres tentativos y una consulta a la comunidad docente, decidimos llamarla “Pedagogía en voz alta”. Hoy se publica la colaboración número 20 y tenemos en fila otros hasta el fin del año.
La cifra redonda es motivo de alegría. Porque la iniciativa, aventurada e ilusionada, se sostuvo con creces gracias a la participación de estudiantes de distintos grupos y semestres, que escribieron de manera libre, sin cortapisas, del tema que eligieron con su propio enfoque. Solo en algunos momentos sugerimos, porque pensábamos que había un tema que valía la pena, como la experiencia de Alexia en el Cabildo de Coquimatlán, o las de Laila, Rubén, Paola y Naomi en su verano de investigación. Excepto ellas, todas las personas que participaron tuvieron absoluta libertad.
El cuerpo docente enriqueció de manera extraordinaria la variedad y calidad de las colaboraciones semanales. Y en los próximos meses, no dudo, será creciente e igualmente entusiasta.
En este esfuerzo colectivo la Dirección del plantel ha sido apoyo incondicional. Carmen Silvia Peña Vargas, la directora, conmigo, se encarga de revisar y pulir detalles de estilo que mejoren la calidad de los textos semanales. La tarea no es compleja, pero en su caso, suma a las innumerables que tiene con su cargo.
Termino ya. Quise compartir mi alegría por este proyecto, y mi gratitud a todas las personas que colaboraron o lo harán en las próximas semanas. Tres objetivos nos trazamos y los cumplimos poco a poco: abrir espacios para la participación de los estudiantes; visibilizar ideas y aportes de una facultad vigorosa y contribuir al debate público informado sobre los temas siempre urgentes de la agenda educativa.
Seguiremos otros 20 y 20 más, todos los posibles, para que nos consolidemos como una voz respetable en la pedagogía colimense, desde el periódico de la Universidad de Colima.
