El secretario de Educación, Esteban Moctezuma, desde antes de asumir el cargo, dejó claro que la revalorización del magisterio es una de las prioridades sobre las que se fincará el sexenio educativo. Lo dice y lo repite sin cesar. Los hechos me dejan dudas sobre el significado de la expresión. En Michoacán, la semana pasada, algunos profesores me compartían incertidumbre semejante.
¿Qué significa para el nuevo gobierno la revalorización del magisterio? ¿Es una prioridad la educación para los gobiernos que tenemos? Hablo del país, estado y municipios. Lo discutiré en otro momento, ahora me interesa escribir estas líneas para expresar mi absoluta solidaridad con los maestros de telebachillerato comunitario y EMSAD (educación media superior a distancia), quienes no han cobrada hace tres quincenas.
El impago es inaceptable. Cualquier discurso sobre la importancia de la educación o la revalorización de los maestros se destroza cuando observamos estos hechos.
No sé con exactitud dónde está el nudo que impide a los maestros cobrar el pago que merecen; no sé quién es el responsable, pero sé que cualquier argumento es inadmisible y tendría que desatar nuestro respaldo y solidaridad, el de los colegas de profesión y el de los ciudadanos, al margen de partidos y fobias.
Hace pocas horas hablé con un profesor que labora en telebachillerato comunitario. Su comentario es elocuente, palabras más, palabras menos: me gustaría estar pensando solo en mi clase, pero no puedo dejar de distraerme en las necesidades que también debo cubrir. La falta de pago, además, no es novedosa.
¿Con discursos y palabras, que de tan repetidas se vuelven huecas, revalorizarán al magisterio?