La mañana fue intensa, emotiva, de muchos aprendizajes. El escenario: la Facultad de Pedagogía de la Universidad de Colima. Motivo: el inicio formal de los festejos por el 35 aniversario.
El nerviosismo de que no fallara la tecnología y las conexiones creció con la demora para la inauguración. Por fortuna, san Steve [Jobs] fue piadoso y nos regaló una sesión inmejorable. Pasada la apertura, nos reconectamos de inmediato a Brasil y empezó la conferencia de José Eustáquio Romão, colega y amigo de Paulo Freire, quien eligió como tema, los 50 años de la publicación de la obra más conocida del educador brasileño y universal: Pedagogía del oprimido.
Los poco más de treinta minutos fueron un paseo espléndido por detalles más o menos conocidos y otros absolutamente privados de Paulo Freire. El profesor Romão salpimentó su discurso con ingredientes de la más alta hechura: claridad (en su perfecto portuñol), erudición, sencillez, humor y profundidad. Cada uno en su justa proporción, con la sapiencia de los años y el carisma innato.
Sus respuestas a las preguntas de estudiantes y maestros fueron cátedra de escucha asertiva y reacción generosa. Una lección magistral, imborrable para mí.