El ajetreo intenso del fin de semana, las noches de insomnio y la primera media jornada de trabajo presencial en muchos meses pasaron factura impagable este lunes. Apenas terminar la comida, la
¡Tengo nuevo libro! Disculpen la confesión: me desborda la alegría. Con el pequeño entre las manos cerré una pausa de dos años esperando el momento irrepetible en que abrimos por primera vez