Llego a la banca temprano, más que de costumbre. Una sonrisa me reflejó el espejo al despertar y el indicador del ánimo fue a tope. La razón es simple: dormí como bebé, luego de una noche
Sentado en la banca de la plaza, temprano todavía, escucho una nueva cancioncita de alguna candidata a no sé qué cargo. No puse atención, aunque las letras, de mal gusto unas, pegajosa otra, me
¿Quién se arriesga a pronunciar el nombre de su mejor maestro o maestra? Es complicado. Pero vale la pena recordarlos, sobre todo, mientras viven. En mi caso, los tengo contados y tan nítidos como
Después de unos días de vacaciones, lejos de casa y la ciudad, regresé a la banca en la plaza. Volví con otra alegría. Disfruté la mañana fresca, sentí los aromas del parque al aspirar con
En el norte y en el sur de América Latina suenan los tambores de guerra contra las universidades públicas. Dos instituciones son ahora blanco de la artillería gubernamental: la Universidad de