Las ciudades educan. La ciudad donde vivo deseduca. No educa. Mal educa. O lo hace en un sentido muy particular e indeseable. Nunca fue modelo de estética, iluminación o limpieza. En el contraste
Con el regreso de Juan Carlos a clases cambió mi jornada laboral. Empieza más temprano y con un poco de movimiento: sería fatuidad llamarlo ejercicio. No es nada extraordinario. Tampoco es