Dos decisiones marcarán el rumbo del nuevo gobierno colimense en materia educativa: el equipo que encabezará la secretarÃa y la elaboración del programa estatal. Indudablemente importa quién será el secretario, si la designación es parte del acuerdo entre partidos o el perfil polÃtico y técnico del elegido; sin embargo, la idoneidad de su designación la sellará el equipo a su alrededor. El secretario y sus hombres cercanos es el mensaje inaugural del gobernador.
La otra gran decisión del primer tramo administrativo es el proceso de consulta para el programa educativo estatal. Aunque tradicionalmente ha sido un documento de menor relevancia, sujeto a polÃticas federales y a las visiones de la secretarÃa que conduce la planeación, las circunstancias del momento le conceden importancia inédita. Por un lado, el matiz de hombre preparado con el que se presentó al nuevo gobernador descartarÃa la irrupción de ocurrencias o desatinos en las decisiones. Por otro, las circunstancias convulsas que enfrentó un segmento del magisterio inconforme con el adeudo del gobierno estatal y con la evaluación que dicta la reforma nacional.
La peor manera de encarar dicho escenario es minimizarlo o reducirlo a la expresión de un grupúsculo con intereses inconfesables. Craso error, aunque habitual. No tengo una radiografÃa completa, pero sà opiniones de profesores y directores para constatar que la inconformidad de los maestros es legÃtima. Las razones las pueden tener claras en la propia secretaria, por fallas en la conducción de la reforma e inoperancia local.
Un plan de trabajo, en la cultura mexicana, es casi irrelevante. Formalismo, burocracia, pérdida de tiempo y despilfarro de credibilidad. Asà ha sido. Justamente por eso, un proceso de participación social genuina con maestros, directores, padres y estudiantes podrÃa ser ejercicio inigualable para abrir canales de comunicación cerrados en visitas fugaces a las escuelas.
El documento resultante de dicho proceso serÃa valioso, sobre todo, los aprendizajes derivados de la oportunidad que tendrÃan las autoridades al sentarse, sin celular ni tabletas, a escuchar la problemática, alternativas y compromisos.
La opción natural es más fácil, la que marca la historia; entre otras razones, explica la inocuidad de pasar de una administración a otra y los fallidos resultados que disfrazan la realidad con maquillajes siempre efÃmeros. Entre una y otra podrÃamos hipotetizar, muy pronto, el rumbo de la conducción estatal .

arthur edwards
Bien dicho!