El libro que comenté en este mismo espacio hace algunas semanas, “Universidad Disney. Cómo la estrategia laboral y empresarial de Disney forma a los empleados más leales y competentes del mundo” (México, Aguilar, 2014), escrito por Doug Lipp, ofrece una reconstrucción de los principios para capacitar al personal de los parques de diversión más universales e ideas para reflexionar sobre su traducción a otros ámbitos.

Organizado en trece lecciones, al final de cada una presenta un “repaso de la lección”, con el resumen y preguntas para aplicar en los centros, empresas o instituciones de los potenciales lectores. Aunque están pensadas desde enclaves teóricas distintas, algunas de las interrogantes me parecen sugerentes incitaciones para analizar en una escuela la calidad de su funcionamiento, la participación de los actores o la responsabilidad de la gestión escolar. A continuación, les comparto algunas de las que me parecen más útiles en contextos como el nuestro.

¿Qué valores de tu organización no son negociables? ¿Qué beneficios proveen esos valores a la organización y a los empleados? ¿Cuáles son los valores más sólidos? ¿Y los más débiles? ¿Todos conocen los valores?

¿Cómo se puede mejorar el servicio e instalaciones para mantenerlos actualizados? ¿Cuánto costaría mejorar? ¿Cuánto cuesta no hacerlo?

¿Si los líderes no caminan por el centro u organización cuál es la excusa para no hacerlo? ¿Cómo se comunican los mensajes importantes? ¿Se promueven apertura, honestidad y colaboración?

¿Cómo se evalúa la eficacia de la capacitación? ¿Cómo se mantiene viva la historia de la organización? ¿Qué tan creativa es la organización en materia de capacitación?

¿Los empleados están involucrados como agentes de cambio o sólo esperan instrucciones? ¿Cómo se manejan las crisis? ¿Quién está involucrado en la resolución de conflictos?

¿Se llevan a cabo encuestas entre los empleados? Si no se hacen, ¿por qué? Si se realizan, ¿se aprovecha la información para actuar?

¿Los ejecutivos evalúan éxitos y fracasos de manera abierta? Si no es así, ¿cuáles son los obstáculos para hacerlo? ¿Los líderes se arremangan la camisa y participan? ¿Los empleados se sienten valorados?

¿Qué papel juega el humor en la cultura organizacional?

Quienes se dedican a tareas escolares podrían realizar el ejercicio de responderlas y esbozar una aproximación de otra naturaleza, con otros parámetros, al ambiente y la calidad de su centro escolar. Mejor todavía si tal esfuerzo es colectivo, porque no hay cambio ni transformación cualitativa sin el concurso de los involucrados.

Twitter@soyyanez