En la última semana se anunció la creación de la Universidad Intercultural de Colima. Una nueva opción en la enseñanza superior pública que arrancaría, dijo la gobernadora, con tres carreras y 250 estudiantes el próximo ciclo escolar.
Para informar el acontecimiento estuvo en Colima el subsecretario de Educación Superior, Luciano Concheiro. Su visita constata el valor que tiene el proyecto en el escenario local.
Comala será sede de la institución y también es significativa la elección.
La infraestructura de Colima se diversificará con este tipo de universidades, creado a principios del milenio, en el sexenio de Vicente Fox.
Se sumará a la Universidad Tecnológica de Manzanillo, al Instituto Tecnológico, a la Universidad Benito Juárez (de la que sabemos muy poco, por lo menos yo), a la escuela normal, a la Universidad Pedagógica y a la Universidad de Colima, más las muchas escuelas privadas.
Desde hace tiempo la geografía colimense tiene ya educación media superior en los diez municipios y otras localidades, con bachilleratos de la Universidad autónoma y otros subsistemas. Pero la diversidad de calidades es tan inocultable, como inaceptable.
Por su parte, la enseñanza superior tiene asiento en ocho municipios. Pocos estados del país pueden presumir lo mismo para el 80 por ciento de sus municipios.
El esfuerzo que históricamente se ha hecho es loable. Pero aquí no concluye la responsabilidad gubernamental.
Construir escuelas, abrir aulas y carreras, contratar maestros son medios necesarios pero no suficiente. Hay que sostener la oferta formativa con las condiciones materiales y pedagógicas para mantener el nivel de calidad que declara el artículo tercero constitucional.
Además, Colima tiene que apresurar el paso para lograr la incorporación de más jóvenes a la escuela. Hoy, la cobertura en educación media superior es de 82 % y el abandono de 12.4 %; este año, según lo pactado, tendría que ser universal. La magnitud del reto es enorme.
En la educación superior la cobertura apenas llega al 38 %, cuando el promedio nacional es de 42 %.
Estos son los dos grandes desafíos que encara el actual gobierno en esa materia: concretar el derecho a la enseñanza media superior y superior para todos los jóvenes colimenses. No hay marcha atrás, ni tiempo que perder.