¡Comenzaron los campañas electorales! En unos meses la ciudadanía, más o menos informada, más o menos enajenada, más o menos enojada y, espero, más libre, elegirá a la próxima gobernadora o gobernador de Colima.
Muchas ideas me vinieron a la cabeza. Pensé en los que ya se van. Los que que gobernaron seis años, o menos, porque se incorporaron después. El gobernador y su equipo. Más allá de su campaña propagandística, los resultados están muy lejos de colocarlos entre los mejores gobernantes de Colima. Lejos quedamos de vivir felices y seguros.
Pienso también en los que compiten ahora. En los que se inscribieron con buenas u otras intenciones y los que tienen posibilidades reales de ser electos. Electas, por supuesto. Pensé en las intenciones genuinas de cada una, lejos de las campañas y los micrófonos: ¿para qué quieren gobernar?, ¿saben?, ¿pueden?
Pensé en las campañas. En que ahora, a cada paso, en cada pantalla, en cada avenida estaremos inundados de publicidad contándonos loas a los candidatos, a las candidatas.
Pensé, quiero pensar, que los ciudadanos estarán atentos y recibirán (es más una ilusión, admito) campañas ejemplares. Ojalá sea así. Nos merecemos campañas y candidatos distintos.
Empezamos las campañas y me pregunto: ¿veremos algo diferente? Quiero decir, ¿veremos algo mejor?