PerdĂ dos horas de mi vida. SĂ, despuĂ©s de una jornada laboral extenuante, con más de cuatro horas invertidas en reuniones, decidĂ relajarme para seguir trabajando hasta la medianoche. Mi elecciĂłn, sin demasiadas complicaciones, fue el partido de fĂştbol entre MĂ©xico y Honduras. Es un poco masoquista, lo admito.
Más allá del cero cero, lo peor fue el espectáculo de un equipo bravucĂłn, mediocre, dirigido por un entrenador, Miguel Herrera, al que le sobra una mal entendida valentĂa y falta inteligencia, cortesĂa deportiva y personal.
No, no consigo entender a jugadores que viajan por el mundo, juegan en Europa y siguen comportándose de la peor forma, intentando engañar, fingiendo, protestando aunque sepan que no tienen razón y mentándose la madre con los rivales en un partido donde no se disputa nada. En fin.
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Comienza el sĂ©ptimo mes del año. ¡Ya lo sabĂan! (supongo). Y con ello, una nueva etapa en este Diario que, modestia aparte, camina de forma extraordinaria, más allá de los mejores pronĂłsticos. Lo mejor, es que cada dĂa le voy disfrutando más.
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Ley de la necesaria correspondencia: Si supieras lo que pienso yo de ti, hablarĂas peor de mĂ.
(Escuchado en el Multiviral de Calle 13).