Este mediodía, camino a casa, con mi hijo al lado, escuchaba el mensaje del gobernador. Fueron pocos minutos. Cosas maravillosas para el estado (y con repercusiones para México). Entre escuchar a mi hijo en su feliz historia del día y al gobernador, llegamos al crucero del tercer anillo para tomar la avenida Ayuntamiento. Un par de vendedores entre los autos y el camellón me distrajeron. En una cartulina rosa, pegada a la caja de sus mercancías se leía: “Zarzamoras 10 pesos. Para pagar mis estudios”. Quise tomarle una foto. Mala idea. Guardé mi teléfono. Pensé que faltaba al respeto. Saqué una moneda y llamé al que estaba más cerca. Joven de 20 años, vestido distinto a los vendedores habituales en las esquinas. Le pedí una cajita de zarzamoras y crucé unas palabras con él. Estudia arquitectura en el Tec de Colima, me respondió. Maldije mi suerte: encontré a uno de esos poquitos que no tuvieron la fortuna de vivir en el otro Colima, el de la bonanza, los progresos, las buenas cuentas. Apagué el radio.
arthur edwards
Triste reflexión sobre la gran distancia entre lo que se dice y lo que se vive.
1J Saraí Jacqueline Mojica Torres
1.- I can understand what it says , but not completely.
2.-Since I have many relatives who do not study , but only for no avail .
3.-Very sad now that hundreds of people have the opportunity let it pass .
4.-Even I would have hit that time.