Mi actual libro para antes de dormir es la estupenda autobiografía de Gay Talese, uno de los creadores del llamado “nuevo periodismo” o “periodismo literario”. Se llama “Vida de un escritor”. Las más de mil 200 páginas en formato del iPad me llevarán varios días.
Con alguna dosis de sorpresa hoy descubrí que, a la mañana siguiente de tomar ese libro, dejé de leer la prensa local; bueno, ni siquiera el resumen que un estimado amigo me acerca al correo electrónico. Es inconsciente, reconozco.
En la medida en que leo a Talese más deplorable me parece nuestra prensa. Es autocrítica, pues soy parte de algunos medios.
En realidad, mi escepticismo (a veces, confieso, sube de tono y casi vomito al leer los “análisis” políticos de las objetivas plumas locales) es más viejo. Gay Talese sólo profundizó el distanciamiento. Y es que cuando leí de manera consuetudinaria prensa de otros países (no demasiados ni demasiado tiempo), más primitivo me parece el oficio periodístico en Colima.
En fin, no quiero incordiar a ningún colega. Dejo aquí mi diario, cierro la computadora y abro las páginas del libro de Talese. Eso sí que vale la pena.
arthur edwards
La prensa local cumple ampliamente con su función en mi opinión.