-¡Papá, papá!, gritó excitado mi hijo corriendo hacia la mesa donde trabajaba.
-¿Qué pasa? Lo miré apenas cruzar la puerta. Estaba emocionado.
-Estoy escribiendo un cómic y ya lo voy a imprimir, pero me faltan dos hojas; ¿tienes?
-Claro. Me paré y fue conmigo, hacia el sitio donde se almacenan.
-¿Y por qué hiciste un cómic? Le pregunté.
-Es que pensé: tengo una computadora, estoy leyendo unos cómics, tengo unas ideas y dije: voy a hacer el mío. ¿Qué te parece?
-¡Genial!
-¿Te gustaría verlo?
-¡No me gustaría, me encantaría! Sonreímos.
-Cuando lo termine, te llamo.
No aguanté. Subí a su cuarto. Lo vi en la computadora. Me sorprendió todo. Su emoción, la concentración y la habilidad para recortar imágenes que ilustraran su cómic de Batman y Robin. No lo distraje. Lo felicité, besé su cabeza perdida entre un sombrero negro, y salí sigiloso de su cuarto en penumbra. No he visto su historieta, todavía. Es la número 1, dice, así que pronto tendremos otras. Ojalá.
Jose Manuel Ruiz Calleja
DE CASTA LE VIENE AL GALGO…
Rosario Morfin
Hijo de tigre , solo que antes fue Kaliman y Solin , saludos coordiales y felicidades mil