En seis días la Universidad de Colima cumplirá 80 años. Por supuesto que es motivo de celebración y lo festejo. Es parte de mi vida, soy parte de ella en varios capítulos. Disculpen la fatuidad.
Llegué a ella en 1981, con 15 años, viajando cada mañana una hora para llegar a mis clases del bachillerato. Luego vinieron otros capítulos. No hablo de ellos hoy. Todavía no.
Esta mañana la Universidad tuvo una conferencia con Francesc Pedró, para hablar sobre retos de la educación superior en el retorno a las clases. Asistí puntual, con mi libreta y la pluma. Tomé nota y escuché atento. A Pedró, director del Instituto Internacional de la UNESCO para la Educación Superior en América Latina y el Caribe, lo escuché ya tres o cuatro veces en estos meses y conozco sus ideas principales, pero la ocasión valía la pena.
Que la Universidad lo invitara para la conferencia es un acierto, porque convocó a reflexionar sobre la educación superior en el contexto iberoamericano y los desafíos que plantea la pandemia del COVID-19. Fue bueno, además, porque muchas personas de Colima y otros lugares conocieron temas que, a juzgar por sus comentarios en el chat, les eran desconocidos.
¡Ojalá festejemos los 80 años con otras muchas mañanas como hoy!