Esta semana comenzaron las reuniones preparatorias del siguiente curso escolar en la Universidad. Me tocó el turno hoy y en los próximos días me encontraré de nuevo con colegas para distintas actividades.
Aunque la agenda de compromisos y proyectos individuales es abundante, la academia requiere diálogo, reflexión colectiva, discusión de nuestros temas. Así que espero con gusto la reanudación de actividades de esa naturaleza.
Tenemos varias exigencias para mejorar la calidad del servicio; la primera de todas, una evaluación amplia, rigurosa y participativa del esfuerzo que hicimos el semestre anterior para concluirlo.
Planear sin mirar críticamente lo hecho sería una forma poco sensata de construir una propuesta acorde a las condiciones de emergencia que enfrentamos. En esa tarea urgente, estoy seguro que nuestra facultad tiene mucho por enseñar. ¡Estamos listos!