En un martes normal, como hace dos o tres semanas, a esta hora habría llegado cansado de las tres clases que imparto, de la tensión de esos 180 minutos, del calor y la jornada del día. Hoy es
Anoche hablé con Mariana Belén y le pregunté a qué hora teníamos que despertar para sus clases en línea. A las 8, me dijo, a las 8 comenzamos. ¡Anotado! Llegué a la cama cansado y sin mucho
Anoche, luego de terminar la tarea autoimpuesta, busqué sin interés concreto algo en Netflix. Juan Carlos, en un sillón, con su tableta, audífonos y Legos no atendía. Estábamos solos, cada cual
Un amigo apreciado me contó hace algunos días que regresaba a Colima después de una estancia corta en otras tierras. Lo pasó estupendo, como atestiguaron sus mensajes y las palabras que escribió
Si uno había seguido con algún detenimiento la evolución del COVID-19, primero en China, luego en el mundo, era inevitable que la propagación se expandiera con la velocidad y morbilidad con la
