El ocio es bipolar; también, polisexual: es padre del aburrimiento y madre de la creatividad. ¿Qué haríamos en muchos momentos sin el ingenio abundante de los memes, sin tantas y tantas bobadas que en momentos provocan dolores de estómago por el exceso de risas?
Urbi et orbi: ¡bendito sea el humor!
Yo no puedo decir que en cuarentena estoy de ocioso, porque el ocio me aburre y tenemos trabajo en la Universidad pero, por supuesto, también encuentro ratos de diversión.
Propuse hace días a Juan Carlitos que jugáramos con las letras y obtuviéramos un producto de equipo. Nos basamos en el libro Cuentos para niños que se atreven a ser diferentes, de Ben Brooks. Comenzamos antier: leímos juntos la breve historia de un personaje, enseguida, yo escribí algunas líneas y él le puso rostro.
Aquí va el segundo personaje de nuestra serie, convertido en adivinanza: primero pasó 27 años en la cárcel, luego fue presidente de su país, símbolo de la lucha contra el apartheid y por la dignidad humana. ¿Quién es?