Esta semana comencé un ejercicio inédito en mi actividad bloguera: columnas breves, con menos de 150 palabras, sobre temas de la vida pública.
Aunque el año pasado intenté varios microrrelatos, esta vez es distinto. Se trata de un desafío de síntesis de ideas y concisión de palabras, para que en tres párrafos con pocas líneas quepan tema y conclusión o pregunta. Escribí dos ya y no me corre prisa por la siguiente. Irán saliendo de a poco. Espero.
Para mucha gente las columnas breves acusan flojera o falta de ideas del autor. Puede ser el caso, pero la brevedad clara es virtud en la redacción. En tiempos de redes sociales y predominio de pantallas es un guiño al lector.