Como parte de mi programa de lectura hoy comencé un nuevo libro de Paulo Freire: Pedagogía de la autonomía. Saberes necesarios para la práctica educativa. Al escribir en mi cuaderno negro la ficha bibliográfica se volcaron recuerdos: Buenos Aires, Siglo Veintiuno Editores, 2013. Como erupción vinieron imágenes a la memoria. Me invadieron nostalgias. Lo compré en la terminal de autobuses de Retiro, en Buenos Aires. Viajaba a Córdoba o Santa Fe, no lo sé, pero mientras paseaba en los andenes, esperando la hora de salida, me paré en un kiosco de periódicos, que es más que eso, y ahí estaban uno, dos, tres libros de Paulo. A la sorpresa de una escena inusitada en mi país, la siguieron la emoción de ver entre cuerpos semidesnudos de mujeres, revistas juveniles, deportivas y periódicos, un puñado de buenos textos. Pasé del puesto donde estaba al siguiente, de color azul también, y había más, y más en el siguiente. Y cada vez que viajaba a Santa Fe, Buenos Aires, Córdoba, Catamarca, me hacía un tiempito para hurgar en los kioscos, sin saber que un mediodía, muchos años después, esa imagen seguiría tan viva como aquella fría mañana de mayo.