No serĂa necesario que se agotaran las hojas del calendario para contar nuestros hechos, evaluarlos y autocriticarnos, pero cuando el año termina es ocasiĂłn obligada para juzgar el pasado y mirar hacia el futuro con expectativas más promisorias.
Dos tercios de este 2013 los pasĂ© en Argentina, entre CĂłrdoba, Santa Fe y Buenos Aires. Muchos son los aprendizajes, unos esperados por previstos y buscados, muchos otros, inesperados y gratos; algunos, intuyo, apenas vislumbrados. No están ausentes tampoco los momentos complicados, las decisiones difĂciles, pero de todo eso se puede aprender, es decir, se aprende sin quererlo.
Estar lejos de casa, de las habituales comodidades, de los horarios rĂgidos y rutinas pactadas es una conmociĂłn personal y profesional que obliga a poner en práctica, consciente o inconscientemente, el aprendizaje, el reaprendizaje y el desaprendizaje, para mirar otros ángulos, refrescarse y dejar atrás lastres. 2013 fue un punto y aparte.
Los productos “materiales” del trabajo que realiza un profesor universitario no siempre son lo más importante, frente a otros que debieran ser de mayor relevancia, como la calidad de los cursos que impartimos o los aprendizajes que lograron los estudiantes como consecuencia de las condiciones que preparamos, por ejemplo, pero a veces esos productos objetivos son la salida feliz a las dudas o las crisis sobre los pasos caminados.
Hecho el recuento de mis “productos” tuve un año estupendo: escribĂ un libro del que no tenĂa una página hace doce meses; presentĂ© cuatro conferencias, dos en Argentina, dos en MĂ©xico, con un saldo estimulante; publiquĂ© dos artĂculos en revistas arbitradas, y un tercero espera dictamen; concluĂ el capĂtulo prometido para un libro que se publicará en 2014; preparĂ© un ensayo sobre la pedagogĂa en Colima que espero discutir con colegas en febrero de 2014; mi blog tuvo más de 100 entradas; corregĂ la versiĂłn definitiva y las primeras pruebas de un nuevo libro que espero presentar en la primera parte de 2014; revisĂ© dos tesis doctorales, asesoro una de maestrĂa.
Lo listado y algunas otras actividades, como sumarme al consejo editorial de una revista de circulación nacional, me dibujan una enorme sonrisa que se refuerza cuando mi hijo, aquà al lado, exige vehemente que ya le enseña a usar la computadora. Esos, los otros aprendizajes intangibles, las abundantes motivaciones más profundamente humanas hicieron de este 2013 el más espléndido de varios años, inicio de otra etapa estimulante.
¡Si 2013 ha sido un feliz año, que 2014 no sea menos!
Arthur Edwards
Mis mejores deseos para ti y tu familia!
Juan Carlos Yáñez Velazco
Muchas gracias Arthur, por leerme, dialogar y por el privilegio de tu amistad.
Que 2014 sea un excelente año!
Ma, Dolores
Dr. Juan Carlos
Con mucho cariño y respeto le envĂo un afectuoso saludo de mi familia y lo felicito por sus logros en este año 2013 y mi deseo para 2014 es que le vaya mucho mejor.
Juan Carlos Yáñez Velazco
Muchas gracias Ma. Dolores. Un abrazo y los mejores deseos para usted.
Afectuosamente
Juan Carlos Yáñez Velazco
Muchas gracias Ma Dolores. Los mejores deseos para usted y su familia.
Un abrazo fraterno!