Diario 2015

DERECHO AL ABURRIMIENTO

Posted by Juan Carlos Yáñez Velazco

Mi jornada semanal será intensa, preludio de otra más complicado. Así comenzó el lunes, así continuará. Desafiante. Preparo ahora un curso y en ello me concentro la mayor parte del día, con breves pausas para otras actividades y despejar la papelera mental. En una de esas, hoy leí un artículo de El País, a propósito de los beneficios del aburrimiento, entre otros, no hacer nada, lo que da paso a la reflexión, al silencio, al diálogo con uno mismo, tan necesario como atemorizante en sociedades habituadas al escándalo.

La lectura sobre el aburrimiento y sus beneficios me remitió a aquel extraordinario texto de siete minutos que leyó Eduardo Galeano en un canal de televisión española, sobre el derecho al delirio. No hay comparaciones, quede claro; pero la reminiscencia fue automática.

El aburrimiento podría ser elevado a la condición de derecho, especialmente para hacerse efectivo, obligatorio, por qué no, entre los más pequeños de ciertas condiciones, que fuera de los videojuegos, la televisión, la computadora o un nuevo juguete poco encuentran divertido; y entre los adolescentes, cambian algunas distracciones, para sumar otras, como las drogas, el alcohol o la violencia. Y todos, o casi todos, sólo encuentran diversión en la fugacidad, la espectacularidad, la velocidad.

Hace tiempo leí que a mayor grado de insatisfacción con uno y con el mundo, las vacaciones suelen ser más caras. Me pareció un argumento perfecto para justificar por qué no necesito demasiado para divertirme o pasarla bien. Claro, con hijos pequeños es complicada la tarea y habrá que emprender un largo proceso de inciertos resultados.

Hoy mismo, ayer, en estos días, cuando el mundo se pone en pausa, cuando el silencio se instala y las televisiones visten de negro, mis hijos se extrañan y piden que el mundo sea más divertido. Entonces tengo que sacar mi vocación pedagógica, con resultados a veces desafortunados, pero espero, sueño, deliro, en que un día puedan quedarse como yo, sentados frente a la televisión sin la tentación de encenderla, o con un libro entre las manos, lejos de los controles del televisor. Así damos paso al diálogo interno, la reflexión, el recuerdo, la inspiración, el agradecimiento, la nada.

Related Post

Leave A Comment

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.