Este mediodía terminé la actividad en el Colegio de Bachilleres de San Luis Potosí. La conferencia fue en Ciudad Valles, en la huasteca, región que no conocía.
La mañana comenzó temprano para tomar la carretera y pasar sin problemas por los sitios donde ayer se instalaron los bloqueos carreteros que impidieron la circulación. No tuvimos dificultades y el viaje desde Río Verde fue un grato paseo que empezó en la oscuridad.
La participación tuvo reacciones: preguntas, comentarios, críticas; un profesor, en forma virulenta, se quejó de mi perspectiva sobre el contexto actual. ¡Lamento haberle hecho perder dos horas! Escuché algunas descalificaciones que se volvieron barajas fáciles en el escenario política y las redes sociales.
Me gustaría estar equivocado rotundamente en los temores y amenazas expresados, acerca del futuro sobre la media superior, pero mostré algunas evidencias oficiales y no especulaciones ideológicas. Las pruebas están a la vista; las lecciones de la experiencia ilustran.
Si estoy equivocado lo admitiré en cinco años, o antes. Los que hoy refutan la crítica, ojalá reconozcan sus desaciertos cuando sea preciso, no demasiado tarde. No tengo la ilusión, ni festejaré el fracaso del gobierno federal, si llegara. Jamás.
Regresaré feliz y relajado a Colima, con gratitud para el Colegio de Bachilleres y la sincera felicitación por sus 35 años de vida, así como por el esfuerzo y la dedicación, especialmente de la Dirección Académica. Ojalá tengan los resultados que pretenden y sumen a todos quienes entienden que la educación es no solo un empleo, sino una misión transformadora; a quienes buscan siempre sumar, desde la indispensable diferencia.
San Luis Potosí