Esta mañana terminé de leer La duda, el sentido común y otras herramientas para escribir bien, de Ramón Alemán, corrector de estilo de Tenerife y creador de la página de Facebook “Lavadora de textos”.
Llegué a la obra por recomendación de Rubén Carrillo, y lo fui leyendo de a poco, al despertar, antes de dormir o en las pausas del trabajo. Son textos breves escritos con agilidad y humor, salpimentados con el apoyo de algunos de los más notables expertos en la lengua española.
Aprendí un montón de cosas, por ejemplo, que la duda es siempre una invitación que nunca debemos desechar. También reconfirmé mi ignorancia y ratifiqué el interés en seguirme preparando en el placentero oficio de la escritura, siempre al lado, antes y después de la lectura.
Una obra que recomiendo para quienes quieren aprender y divertirse, dos actividades que no siempre se empatan entre las páginas de un libro sobre el idioma.