La fecha elegida por la Secretaría de Educación para presentar nuestro libro colectivo no podía ser mejor: el Día Mundial de los Docentes.
Dos fueron los actos en que lo pudimos compartir: a las 12 horas, en una sesión con jefes de sector y supervisores escolares, y la grata compañía en los comentarios de Manuel Gil Antón, una de las opiniones públicas más estimadas en el campo educativo mexicano.
Por la tarde, con la hospitalidad de Educación Futura, portal de periodismo educativo, tuvimos los comentarios de Arcelia Martínez Bordón, académica de la Universidad Iberoamericana, y Mauro Jarquín, columnista de La Jornada.
Si las expectativas que teníamos eran altas, la calidad y calidez de nuestros invitados las sobrepasaron.
El trabajo académico, de investigación y escritura es silencioso, demandante; exige disciplina y constancia, ya se sabe. Hay que pasar meses laborando en el campo del estudio o encerrado frente a la pantalla, con montones de notas y dudas, con preguntas e ilusiones. Así, hasta que un día tenemos la dicha de presentar el resultado y ser recibido con palabras generosas o agrias. Entonces, decimos que vale la pena y reanudamos el paso mirando hacia adelante, siempre adelante.