Volví a las actividades laborales en la Universidad. Fue un día de trabajo intenso por la larga reunión de profesores en la facultad para conocer y repasar asuntos de interés colectivo; nos consumió tres horas, pero era necesaria, como preparación para el semestre siguiente y enterarnos de decisiones adoptadas en la Universidad. Fue grato el encuentro con los colegas y el personal directivo.
Temprano comencé la jornada, todavía con la oscuridad, abriendo las primeras páginas de un nuevo libro de Silvia Adela Kohan: Los 65 errores más frecuentes de los escritores. Leerla y releerla ha sido como acercarse al agua para el sediento. Solo cuando lees libros así, y vuelves a tus manuscritos, atisbas los errores o posibilidades que aguardaban una lección para encontrar imperfecciones.
Si escribir es una actividad creativa y estimulante, la reescritura o la corrección no lo es menos, por tantas oportunidades formativas que ofrece. ¡Días de aprendizajes felices!