Facebook me trae con frecuencia buenos recuerdos. Como esta mañana. Del baúl sacó una foto del libro Colima: avances y retos. Educación, con dos palabras: ¡Por fin! Dudé 4 segundos. Recordé que hace un año, este día, presentamos el libro con ese título en el Congreso del Isenco, al norte de la ciudad.
Apenas unas horas antes tuvimos el libro entre las manos, pero suficientes para llegar con ellos al centro de convenciones y en un salón lleno escuchar los primeros comentarios sobre el texto. A la ocasión vinieron otras en los meses siguientes, invitados generosamente por las instituciones educativas, siempre con resultados muy gratos. Cuando todavía teníamos eventos en agenda, debimos suspender ante el inicio del confinamiento. No volvimos al libro nunca más, pero con ese proyecto se abrieron líneas que siguieron con el que ahora compartimos, sobre la pandemia en las escuelas de Colima.
Un día imborrable, como este año en que enseñamos y aprendemos en casa, mientras la contabilidad fatal continúa y vemos lejos todavía el amanecer.