En 2015 cumplí casi todo lo que me propuse. No hice todo lo que soñé, pero logré lo que ni siquiera ilusionaba. En el balance final, fue un año estupendo. Hubo amarguras y sinsabores
El estudio en penumbra apenas se iluminaba con la pantalla de la computadora en la mesa de trabajo. La ventana recibía en sus cortinas el tímido viento fresco. Los cantos de las aves en las ramas
Leía a Carmen Guaita, filósofa y pedagoga española, cuando encontré un pensamiento que me detuvo y zumbó el resto del día: Cuatro minutos mirando a los ojos de otra persona son suficientes para
Escrita al ritmo de “¡Al ladrón, al ladrón!”, de Joaquín Sabina. Parece, por lo que escribes, que sigues preparando posiciones rumbo al poder. Parece que no eres más aquel
Apenas despertar tomó en automático el teléfono. Quería saber la hora y si tenía mensajes. Ella era la causante de aquella dependencia enfermiza que lo hacia abrir a toda hora los mensajes