El sábado presentamos el libro “Colima: avances y retos. Educación”, en el campus central de la Universidad Multitécnica Profesional, al sur de la capital. Unas 80 personas estuvieron en el auditorio para escuchar las intervenciones de Salvador Silva, presidente de la Fundación Cultural Puertabierta, patrocinadora del proyecto editorial; Fernando Iván Ceballos, coautor de uno de los capítulos y profesor de esa institución educativa, y la mía.
El libro es el primer volumen de la colección titulada “Colima: avances y retos”, dirigida a pensar presente y futuro de Colima en distintos temas estratégicos, con una perspectiva plural, rigurosa, sustentada en datos e investigaciones, pero accesible para públicos no especializados. Los lectores tendrán el mejor juicio si se cumplió el objetivo.
En cada una de las presentaciones que hemos tenido en distintos espacios y municipios hay expectativa, porque no existe ningún libro que reúna en 200 páginas información básica sobre el sistema educativo colimense, de indicadores principales y temas centrales. Evidentemente, no están todos los temas o niveles escolares, por la complejidad y amplitud del campo pedagógico, pero sí una selección de aquellos que permiten escudriñar los avances y desafíos que tiene la educación en la entidad.
En la semana que inicia tendremos dos presentaciones más y con ellas cerraremos el año, si no sucede algo extraordinario. La primera, el miércoles, en Manzanillo, invitados por la Dirección de Educación del municipio, que convocó a un conjunto de instituciones educativas para participar en la actividad. La segunda, el viernes, en el pleno del Congreso del Estado, organizada por la Comisión de Educación y Cultura.
El libro tiene destinatarios diversos: estudiantes de educación y docencia, profesores, directores, las autoridades educativas, pero también periodistas que acostumbran opinar de temas escolares y quienes diseñan políticas públicas. Queremos ofrecer información y perspectivas, que contribuyan a sustentar juicios y tomar decisiones basadas en evidencias, lejos de los “me lates” y las ocurrencias, de la improvisación o la rutina.
La del viernes es una oportunidad inmejorable para colocar a la educación en el centro del espacio político local, en la tribuna más plural donde se discuten problemas, presupuestos y prioridades. Ojalá sea un encuentro afortunado entre los especialistas en temas educativos y los políticos profesionales, entre quienes miramos con esperanza el acontecer en las escuelas colimenses y quienes deben impulsar el desarrollo de la entidad.
Si el presente de las escuelas es el futuro de las sociedades, más nos vale que empecemos a mirar con detenimiento lo que sucede en los centros escolares, para entenderlas e impulsarlas. De ello depende nuestro futuro.