Con la vacunación al personal del sector educativo en Colima se empiezan a sentar condiciones para el regreso gradual y seguro a las escuelas.
Celebro, al mismo tiempo, que el gobernador se pronuncie porque eso ocurra cuando Colima esté en semáforo verde y vacunados todos quienes debamos estarlo para agosto.
Las instituciones y autoridades educativas deben mirar el reloj y avanzar en los planes para instrumentar no sólo la vuelta a las aulas, también el escenario pedagógico más adecuado para las tareas pendientes: evaluar lo sucedido, escuchar a los maestros y estudiantes y articular las necesidades surgidas de ese diagnóstico con los tiempos y objetivos oficiales mirando un porvenir esperanzador.
La operación sanitaria y las estrategias educativas son cruciales. De la primera, lo material e higiénico, dependerán las condiciones para que en ninguna escuela falte lo indispensable en bienes y servicios. Descuidarlo puede implicar brotes infecciosos y cierre de escuelas, como ya ocurrió en Campeche.
La segunda tarea, lo pedagógico, implicará una enorme cruzada para recuperar aprendizajes y convertir las lecciones en parte del proyecto que marque un punto de inflexión en la historia local.
La escuela pospandemia no puede conformarse con volver a la normalidad de 2019. Tiene que aprovechar las condiciones que afloraron con el largo confinamiento contemplando el futuro con optimismo y alguna certidumbre.
Debe nutrirse y potenciar el valor del trabajo colectivo, la articulación entre la escuela y la familia, el uso inteligente de los medios y tecnologías, la expansión de los espacios de aprendizaje más allá de los muros escolares y el compromiso de maestras y maestros.
Colima puede ser un modelo educativo para el país, por su demografía, geografía, potencial educativo y tamaño del sistema escolar. Cómo lo harían y cuánta determinación tienen son preguntas que debemos plantearles a los candidatos al gobierno del estado que en esta materia, en general, navegan en aguas repletas de sentido común, compromisos baratos e inercias.
Por ahora, la pequeña lucecita al final del túnel aparece a lo lejos.