Cuaderno 2023

Plagio: plaga política

Posted by Juan Carlos Yáñez Velazco

Con algunos años de andadura es casi imposible que la vida política mexicana reserve sorpresas.

¿Qué resulta hoy inesperado, insólito, inconcebible entre los personajes de toda ralea en la política como forma de vida?

¿Cuál de todos los vicios o pecados capitales no tienen asiento en esos parajes protervos?

¿Cuáles son las prácticas que de tan comunes se volvieron acompañantes invisibles de esos hombres y mujeres? ¿Robar, enriquecerse, mentir, difamar, engañar, violentar? ¿Cuáles son, en cambio, los actos honestos que podemos enumerar con facilidad?

Plagiar es un verbo que se conjuga desde rato en el medio político, por personajes de encumbradas posiciones y, es probable, del resto, aunque a los medios y periodistas les resulten insignificantes. Es una plaga que se descubre sin dificultades, como la basura bajo el tapete o la mugre en las uñas.

Plagiar en tiempos de discursos omniexplicativos que ensalzan la honestidad parecería un crimen mayor, pero no, se disfraza como detalles menores de juventud, errores formales, descuidos, confusiones o mala leche del periodismo.

No sorprende que los propios plagiarios, plagiarias, como está de moda, no se incomoden ni sonrojen; que reincidan en sus justificaciones pueriles y a otra cosa, que estamos en campaña.

¿Cómo explicar, en la escuela, que el plagio es un acto de deshonestidad, cuando el gobierno de la honestidad convive y tolera a los plagiarios, a las plagiarias?

No tengo respuesta.

Cuando firmo estas líneas vuelvo a Charles Baudelaire. Una oración me sirve como cerrojo: “El más irreparable de los vicios es hacer el mal por estupidez.”

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