A propósito de la nota publicada en primera plana esta mañana en “El Noticiero de Manzanillo”, varias personas me preguntaron por la gravedad o no del asunto, o si hay un error. Para precisarlo, escribo esta breve página en mi Cuaderno.

La información del periódico alude al abandono escolar en la educación media superior en Colima. Como expresé el viernes por la tarde en la presentación de mi libro Diario de Educación, en el estado cada día hábil perdemos a 20 estudiantes de media superior; 100 en una semana, el equivalente a dos grupos de bachillerato de la Universidad de Colima, aunque los datos y el problema son del conjunto del sistema educativo en la entidad.

Las estadísticas avalan la gravedad del panorama. En el texto Colima: avances y retos. Educación, publicado por Puertabierta Editores, incluimos una estimación del recorrido escolar de la generación que ingresó a la primaria en el ciclo 2016-2017 y concluirá su bachillerato en el 2027-2028. De acuerdo con esos datos, recogidos de fuentes oficiales por el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, en la educación media superior se perderían 4,100 estudiantes.

En años escolares previos el abandono alcanzó cifras entre 4,100 y 4,400. Más recientemente, en el ciclo escolar 2020-2021, según el documento digital “Principales cifras del Sistema Educativo Nacional” (SEP), se repite el patrón. Explico. En el ciclo 2020-2021 había 30,173 estudiantes en el bachillerato colimense, con un abandono escolar de 14.1 % (estimado para 21-22 en 14.5 %). Con ese porcentaje de abandono, se habrían perdido 4,254 estudiantes. Mi afirmación inicial fue moderada, como puede apreciarse.

En síntesis: perder 20 estudiantes por día, cien por semana, equivale a unos 4,000 cada año lectivo. Así están los números, que no son sólo cifras, sino adolescentes que verán cancelada la oportunidad de ejercer su derecho constitucional a la educación media superior. Dolorosa constatación de las deudas de la sociedad con miles de muchachos en Colima y millones en México.