Cuaderno

Viernes de café, páginas y aromas

Posted by Juan Carlos Yáñez Velazco

Después de una semana lluviosa, con tormenta de reuniones, llegó la placidez del viernes. Me espera una tarde de faena en las correcciones del nuevo libro. Estoy en el último tercio de las casi 200 cuartillas. Me emociona, aunque me pesa llegar al final, porque habrá que volver a empezar en la penúltima eterna corrección.

Tengo tiempo suficiente, así que me preparo para un encuentro privado. Decido que el café será mi compañía. Hurgo en el baúl de la cocina hasta encontrar los granos tostados de Amacueca, Jalisco; tesoro preciado. Luego, ordeno el molino y los aditamentos. Con la primera molienda la cocina se inunda de olores deliciosos. Casi de inmediato desaparece el sopor. La excitación crece con cada nuevo puño de granos que se convierten en polvo. Así, hasta completar un cuarto de kilo que huelo con fruición antes de cerrar el frasco de vidrio. En la estufa el hervidor de agua me dice que está a punto. En la prensa francesa coloco la proporción justa y con lentitud vierto el líquido. Unos minutos de reposo y, al servir el café humeante en la taza, se remueven otras sensaciones.

Entonces, sin proponérmelo, abro este archivo en la pantalla para escribir un par de párrafos, sólo por el placer de contar el instante que prologa una tarde del mejor trabajo que puedo tener.

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