Un nuevo escándalo con las propiedades del presidente de la república reventó desde las páginas de la prensa norteamericana. Esta vez el Wall Street Journal colocó en la mira a un hombre a quien las peores fotos del momento lo alejan, grotescamente, del galán seductor en campaña para gobernar un país como telenovela de Televisa: escenografía, oropel, rimbombancia y malas actuaciones.
El tema me desata dos inquietudes. Por un lado, imagino que la prensa mexicana deberá sentir un poquitín de vergüenza, pues la nota la ponen en Estados Unidos y aquí no queda más que repetirlo a tono con las cercanías o distancias del poder. Unos, disfrazando; otros, fustigando. En mi balance, con excepciones (notables es redundancia), la prensa mexicana de mayor alcance (televisoras o cadenas de periódicos) se exhibe tal cual: pobre, pirotécnica, plegada al poder. La pregunta es por qué son ellos, los periodistas norteamericanos, quienes tienen acceso a datos delicados y preparan reportajes reveladores: ¿es oficio periodístico, miedo, censura, falta de profesionalismo de los mexicanos?
La otra cuestión se relaciona con la respuesta oficial a la casa del presidente en Ixtapan. Está aclarado, es parte de su declaración patrimonial, la compró con su dinero, no hay delito que perseguir, son parte de la sarta de argumentos oficiales. ¡Claro, los súbditos se lo deben tragar!
La primera conclusión es que ser político exitoso en México es empresa rentable como pocas en el mundo.
¿En verdad piensan que somos estúpidos? ¿Por qué tenemos que aceptar que si está declarada es lícita la operación detrás? ¿Qué una propiedad aparezca en la declaración patrimonial basta para aseverar que no hay más nada que averiguar? Y hay muchas otras preguntas.
No es el costo de la Casa Blanca, una o tres casas más (asunto aparte) de costos millonarios, es la credibilidad, es su honorabilidad lo que está hecha pedazos. La de la política y la de oportunistas que han hecho del oficio uno de los más detestables socialmente.
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Soy asiduo al noticiero de Javier Solórzano en Canal 11, del Instituto Politécnico Nacional. Nunca lo veo completo. Tengo poco tiempo, apenas el que transcurre entre mi despertar y la salida al colegio con Mariana Belén. Hoy lo vi un poco más: llegué a noticias de la “prensa internacional”. La sección es un repaso rápido de portadas: dos periódicos estadounidenses, un francés y un argentino, “Clarín”, propiedad de un mafioso de la prensa, socio de Televisa. La nota principal, como cabe suponer, ponía leña a la hoguera que se le enciende a la presidenta Cristina Fernández: Crecen las sospechas por la muerte del fiscal Nisman; o algo así. Pero no hubo contrapesos, no hubo un comentario de Javier acerca de la parcialidad del titular; y es que el fiscal muerto lanzó una dura acusación contra CFK, pero sin una prueba. Los abogados entenderán lo que eso significa. Sin embargo, la prensa del tipo CNN no para de lanzar petardos contra el gobierno de un país que se resiste a ponerse de rodillas.
Si esa es la prensa más rescatable, ahora sí, muerto el chapulín colorado, ¿quién podrá defendernos?
2-B Fernando Salcedo Castellanos
1- A new scandal about our president of republic, erupted throughout the press pages of the United States.
2- The Wall Street Journal he placed a man novel that governs us with wrongdoing.
3- We are all afraid because of bad government we have, as mentioned channel eleven.
4- The lawyers understand these terrible goverment.