Contra mi costumbre, hoy domingo, justo a las 14 horas empecé a preparar mi columna semanal. Pasé la mañana en tareas domésticas, ordenando libros por aquí por allá, pero a la hora dicha, el cansancio me invitó a sentarme un poco. Abrí una cerveza fría (no soy adepto a las cervezas, ni frías ni calientes) para refrescarme y con un poco de música de fondo salió rápido el artículo.
Digo contra costumbre, porque no suelo estar en la computadora a las 14 horas, tampoco escribo con cerveza al lado y música. ¡Funcionó!
No creo que repita la experiencia, pero resultó refrescante, relajante y eficiente. Tal vez guarde la fórmula para otro momento en que la sequía de ideas y garganta me lo reclame.