Ayer terminé un curso sobre desigualdades y juventudes en América Latina y el Caribe, impartido por CLACSO, Unesco y El Colegio de México. Se integra por una introducción y cuatro módulos muy interesantes, sobre educación, salud y trabajo.
Mediante videos breves, con intervenciones individuales, en parejas o tríos, entrevistas, animaciones, experiencias de buenas prácticas, datos destacados, canciones, un foro por cada módulo y examen de los contenidos, aprendí muchas cosas, sobre todo, la necesidad de no perder de vista en el campo de mi ejercicio profesional, otros ámbitos que se intersectan de múltiples formas para ensañarse con millones de jóvenes hoy, antes y después de la pandemia, si no ocurren intervenciones definitiva de los gobiernos mediante políticas públicas universales, que atiendan la diversidad de circunstancias.
Fue un buen momento, además, para descubrir expertos en varios temas, dispersos en la geografía continental, pero unidos con el propósito de provocar reflexiones e, idealmente, intervenciones frente a la problemática analizada.
La pandemia, dentro de sus muchas consecuencias, nos ha ofrecido posibilidades de aprendizaje insospechadas y que, me parece, llegaron para instalarse entre nosotros, en el redescubrimiento de la necesidad de los otros.