Sombras me vinieron a la cabeza cuando terminé de escuchar la explicación del subsecretario de Salud en su conferencia vespertina de hoy. El anuncio de los casos positivos, los decesos y estimaciones hecha sobre el número de personas que podrían estar contagiados rompieron mi optimismo mesurado. El primer pensamiento fue desalentador: se nos viene la parte más oscura de la noche, y apenas empieza.
El mundo no es Twitter. A través de esa arena de lucidez y sinrazones, de solidaridad e intolerancia no se puede interpretar el mundo sin el riesgo grave de equivocarse. Pero si lo usáramos para medir actitudes sociales amplias, sus indicios revelarían, desde mi punto de vista, una profundización de la fractura social en nuestra sociedad.
La declaración del subsecretario López Gatell fue leída con las filias y fobias que enturbian el entendimiento. No percibo disposición para comprender, menos para solidarizarse con la batalla monumental contra la pandemia.
Entre insultos y monólogos ciegos la noche será más larga y dolorosa.