Tengo muy pocos enemigos. Poquísimos. Podrían ser suficientes los dedos de una mano. De aquí para allá, claro. Si para algunos cuantos más lo soy, no es problema mío. No se me juzgue por ellos.
Aunque a veces el falso orgullo nos hace caer en extremos grandilocuentes, los mexicanos no somos una raza de otro planeta. El “Como México no hay dos”, analizado con un poquito de cabeza y sin
Después de una sesión de trabajo de cinco horas en la Escuela Vasco de Quiroga, llegué a casa un poco cansado pero contento. Creí que sería un buen viernes, preludio de sábado intenso. Cené
Esta tarde pasé por el colegio de Mariana Belén para recoger sus calificaciones del primer bimestre en el cuarto año de primaria. Camino a casa, con la sonrisa por los resultados, divagué acerca
En alguna de mis primeras visitas a la Universidad Autónoma de Nuevo León, de la mano del entonces director general, conocí su Preparatoria número 7. Ricardo Oziel Flores Salinas me la presumía
